viernes, 2 de octubre de 2015

TDAH y comorbilidad: El Trastorno Oposicionista Desafiante

El Trastorno Oposicionista Desafiante (TOD), también llamado Trastorno Negativista Desafiante (TND) es uno de los trastornos más comórbidos que existen en el TDAH. 




¿Qué es? 

Al referirnos al TOD estamos hablando de la existencia de un patrón recurrente de comportamiento negativista, desafiante, desobediente y hostil, dirigido contra las figuras de autoridad. Dicho patrón se manifiesta de forma gradual en el ambiente familiar desde la primera infancia hasta los ocho o diez años de edad, generalizándose con el paso del tiempo a otros ambientes, siendo frecuentes los conflictos con los padres, profesores y compañeros. 

En otras palabras, la persona que lo tiene es como si, de manera sistemática,  estuviera predispuesta a oponerse a las indicaciones de determinadas personas sin tan siquiera considerarlas. 
La presencia total del trastorno se situa en torno al 16% de la población escolar, siendo 3 veces más frecuente en niños que en niñas. Se estima que aproximadamente la mitad corresponde a personas con TDAH. 

Criterios diagnósticos.

De acuerdo con el DSM V (Manual de referencia utilizado para diagnosticar trastornos mentales). Los criterios  necesarios para establecer un diagnóstico del trastorno son los siguientes:

Un patrón de enfado/ irritabilidad, discusiones/actitud desafiante o vengativa que dura por lo menos seis meses, que se manifiesta en los siguientes síntomas agrupados en tres categorías:
Enfado/irritabilidad
1. A menudo pierde la calma.
2. A menudo está susceptible o se molesta con facilidad.
3. A menudo está enfadado y resentido.
Discusiones/actitud desafiante
4. Discute a menudo con la autoridad o con los adultos, en el caso de los niños y los adolescentes.
5. A menudo desafía activamente o rechaza satisfacer la petición por parte de figuras de autoridad o normas.
6. A menudo molesta a los demás deliberadamente.
7. A menudo culpa a los demás por sus errores o su mal comportamiento.
Vengativo
8. Ha sido rencoroso o vengativo por lo menos dos veces en los últimos seis meses.

Han de manifestarse por lo menos cuatro síntomas de cualquiera de las categorías anteriores habiéndose producido durante la interacción con, por lo menos, una persona  que no sea un/a hermano/a.

TDAH y TOD.


Dentro de los casos de TDAH es uno de los trastornos más comórbidos. Aproximadamente un 40-65% de las personas con TDAH lo presenta durante la edad escolar. Las personas con TDAH tienen 11 veces más probabilidades de desarrollarlo que el resto de la población.

Para ver su relación hay que buscar cuáles son las causas del trastorno tal como nos explica Russell Barkley, teniendo un doble origen: 

Por un lado, los criterios correspondientes a la categoría de enfado/irritabilidad están relacionados por la presencia de desregulación emocional, la cual está presente en el TDAH de por sí, como ya apuntamos en la entrada dedicada al TDAH como trastorno del Neurodesarrollo.
Por otro lado, el resto de criterios (discusiones/ actitud desafiante y vengativo)  están relacionados con el conflicto socio-ambiental y son aprendidos en el entorno.   

Es por esta razón, por lo que Barkley afirma que toda persona con TDAH (especialmente el tipo combinado)  ya tiene un TOD "latente". Será, finalmente, la interacción con el ambiente la que haga que se desarrolle o no.
En este sentido, de acuerdo con REYZÁBAL y col. (2006), algunos de los factores ambientales que aumentan el riesgo por parte del entorno escolar pueden ser los siguientes: 
  • La inestabilidad de la escuela al no tener en cuenta todas las características personales del alumnado.
  • Las expectativas inadecuadas (altas o bajas) hacia el alumnado.
  • Los procedimientos de manejo conductual inconsistentes.
  • Los materiales y trabajos académicos repetitivos o poco interesantes para el alumnado
  • Las estrategias de enseñanza poco eficaces.  
Y en cuanto al ambiente familiar Barkley señala los siguientes:
  • La crianza inconsistente. 
  • La presencia de TDAH por parte de un progenitor  (algo muy frecuente). 
  • Un nivel socio-económico bajo. 
  • Presencia de otras psicopatologías por parte de los padres.
Intervención:

El tratamiento del TOD en el TDAH tiene una doble vía: 
  • Farmacológica. Con los mismos fármacos suministrados para el TDAH, los cuales mejoran los síntomas comunes de ambos trastornos (impulsitvidad y desregulación emocional).
  • Conductual. Con la enseñanza de pautas de manejo conductual consistentes a los padres. Eso sí, si alguno de los progenitores tuviera también TDAH o cualquier psicopatología ésta ha de ser tratada primero. Es uno de los prerrequisitos que el propio Barkley suele resaltar. De otro modo, los programas conductuales no van a tener el efecto esperado con casi toda probabilidad como así demuestran muchos estudios realizados. 


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