El trastorno disocial,
también conocido como trastorno de conducta es otra de las comorbilidades que
acompaña al TDAH estando frecuentemente relacionado con el TOD.
¿Qué es?
Podemos definirlo como
un patrón de conducta persistente en la infancia, inadecuado a la edad, caracterizado por el
quebranto de las normas sociales de convivencia y los atentados a los derechos
de los demás.
La gran diferencia con
el TOD es que mientras en dicho trastorno el resentimiento y las conductas
oposicionistas aparecían de manera reactiva hacia la autoridad o tras mantener
problemas de interacción con otras personas, en este caso las conductas
aparecerán sin motivo aparente y de manera cruel, violando los derechos ajenos.
Se puede decir que hay
dos tipos:
- El de inicio temprano, antes de los 10 años, que es el más grave y que peor pronóstico suele tener, estando muy relacionado con futuras conductas delictivas y psicopatía adulta.
- El de inicio tardío, entre los 10 y 13 años, suele ser el más frecuente. Suele responder bien a los programas de intervención psico-sociales teniendo una tasa de remisión bastante alta.
De forma genérica en la
población escolar, el trastorno disocial se diagnostica más frecuentemente en
varones, con tasas de prevalencia que van del 6 al 16 por 100, mientras que las
estimaciones de mujeres diagnosticadas van del 2 a 9 por 100.
Criterios
diagnósticos.
De acuerdo
con el DSM V (Manual de referencia utilizado para diagnosticar trastornos
mentales). Los criterios necesarios para establecer un diagnóstico del
trastorno son los siguientes:
A. Un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que no se
respetan los derechos básicos de otros, las normas o reglas sociales propias de
la edad, lo que se manifiesta por la presencia en los doce últimos meses de por
lo menos tres de los quince criterios siguientes en cualquier de las categorías
siguientes, existiendo por lo menos uno en los últimos seis meses:
Agresión a personas y animales
1. A menudo acosa, amenaza o intimada a otros.
2. A menudo inicia peleas.
3. Ha usado un arma que puede provocar serios daños a terceros
(p. ej., un bastón, un ladrillo, una botella rota, un cuchillo, un arma).
4. Ha ejercido la crueldad física contra personas.
5. Ha ejercido la crueldad física contra animales.
6. Ha robado enfrentándose a una víctima (p. ej., atraco, robo de un
monedero, extorsión, atraco a mano armada).
7. Ha violado sexualmente a alguien.
Destrucción de la propiedad
8. Ha prendido fuego deliberadamente con la intención de provocar daños
graves.
9. Ha destruido deliberadamente la propiedad de alguien (pero no por medio
del fuego).
Engaño o robo
10. Ha invadido la casa, edificio o automóvil de alguien.
11. A menudo miente para obtener objetos o favores, o para evitar
obligaciones (p. ej. “engaña” a otros).
12. Ha robado objetos de valor no triviales sin enfrentarse a la víctima
(p. ej., hurto en una tienda sin violencia ni invasión; falsificación).
Incumplimiento grave de las normas
13. A menudo sale por la noche a pesar de la prohibición de sus padres,
empezando antes de los 13 años.
TDAH y Trastorno Disocial.
Como se mencionaba al principio, este trastorno aparece relacionado con el
TOD, aproximadamente la mitad de los que lo tienen pueden llegar a desarrollar
también el Trastorno Disocial. Esto traducido en cifras vendría a decir que un
20% de las personas con TDAH lo desarrolla. También se sabe que de esta última
cifra, otro 20% desarrolla una psicopatía en la edad adulta. Por lo tanto de
100 personas hiperactivas, 20 desarrollan el trastorno disocial y de éstas
últimas, 4 terminarán desarrollando el trastorno antisocial de la personalidad
o psicopatía en la edad adulta. También se ha observado que hay una correlación
muy alta entre TDAH, trastorno disocial y depresión grave en la edad adulta.
Los estudios indican que este trastorno (sobre todo cuando es de inicio
temprano) está muy relacionado con psicopatologías parentales (depresiones, psicopatías
y drogodependencias), entornos familiares desestructurados y situaciones de
desventaja social (pobreza). También puede verse relacionado (cuando es de
inicio tardío) con situaciones de marginación social y presencia de compañías
conflictivas.
Intervención.
En primer lugar, este trastorno está muy relacionado con un desajuste grave
entre la persona con TDAH y el medio el cual está agravado especialmente por
factores de carácter psicosocial como la pobreza y la presencia de entornos
altamente estresantes. Por lo tanto, a nivel preventivo cualquier política
social que aumente los recursos de la comunidad bajará la tasa de aparición del
trastorno.
Por otro lado, se sabe que en casos de inicio temprano se recomiendan invertir
en seguimientos más individualizados que actúen sobre la propia persona y su
entorno particular (la familia) de forma muy constante y sistematizada para
evitar consecuencias y gastos mayores, posteriormente en forma de encarcelamiento y drogodependencias.
El tratamiento grupal en habilidades sociales con otras personas con TDAH
(al menos en un inicio) no se recomienda.
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